El poder mágico de la Gratitud

La gratitud no es una cualidad, es una habilidad que debe practicarse todos los días, ya que puede cambiar tu vida.

Cuando era adolescente en Ghana, George Mwinnyaa cayó gravemente enfermo. Después de sacrificar tres pollos a los dioses, sanó milagrosamente. Ahora, un estudiante de salud pública en la Universidad Johns Hopkins, no cree que fue el sacrificio lo que lo salvó. Él piensa que fue el acto de dar gracias.

Al crecer, el padre de Mwinnyaa sacrificó religiosamente tres pollos cada semana. Fue la forma en que dio gracias a los ríos, montañas, antepasados y dioses por la salud de sus 7 esposas y 32 hijos.

El sacrificio era una forma de vida donde vivían. La gente creía que si no se sacrificaba lo suficiente podía provocar sequía, enfermedad y muerte. Como lo recuerda Mwinnyaa, estas creencias parecían extrañamente precisas. Cuando las familias ofrecían pollos como sacrificio, sus familiares enfermos generalmente se recuperaban. Si no se sacrificaron, cosas terribles parecían suceder.

En su último año de escuela secundaria, Mwinnyaa cayó gravemente enfermo. Estaba en mal estado y no podía tragar agua ni comida. El tío de Mwinnyaa quería respuestas. Montó su bicicleta 6 horas hasta la siguiente aldea para visitar un oráculo. El oráculo le dijo que el dios del río, el dios de la tierra y sus antepasados estaban enojados. Había pasado demasiado tiempo desde que habían recibido las gracias por bendecir y proteger a la familia. El oráculo le dijo que Mwinnyaa moriría si no lograban apaciguarlos.

Su familia sacrificó tres pollos. Para asegurarse de que todas sus bases estuvieran cubiertas, un herbolario también le proporcionó a Mwinnyaa una mezcla de hierbas y manteca de karité para frotarle el cuello. Tres días después, estaba en forma como un violín.

Ahora es un estudiante de salud pública, y vive con su esposa e hijo en los Estados Unidos. Él dice que piensa en la experiencia un poco diferente estos días. No fue el sacrificio lo que lo curó. Fue el acto de sentir y dar gracias.   

Mwinnyaa es parte de ese grupo de  personas que están siempre agradecidas y que por lo general se sienten más saludables. Cuidan mejor sus cuerpos a través del ejercicio, comiendo bien y durmiendo. Sentirse agradecido también mejora la salud psicológica. Se ha demostrado que aumenta la felicidad al tiempo que disminuye el estrés y la depresión. Pero eso no es todo.

La investigación reciente también sugiere que la gratitud puede prolongar las relaciones, mejorar la empatía, aumentar la autoestima e incluso ayudar a las personas a superar el trauma. De hecho, un estudio de 2003 encontró que la gratitud fue uno de los mayores contribuyentes a la capacidad de recuperación de las personas después de los ataques terroristas del 11 de septiembre. El estudio demostró que reconocer lo que tienes que agradecer puede aumentar la fortaleza mental y emocional.

Parece que estar agradecido realmente puede hacer maravillas, especialmente cuando la gratitud es más difícil de encontrar.